Decían los romanos “mens sana in corpore sano” (Mente sana en cuerpo sano) y es que verdaderamente uno de los secretos de la felicidad es encontrarse bien consigo mismo por dentro y por fuera, convirtiendo algunas pautas en hábitos que, sin hacer de ello una obsesión, nos ayudan a encontrarnos mejor.
La mente y el cuerpo, además, están interconectados, y mejorar el estado de uno de ellos ayuda a mejorar el del otro. Con el ejercicio, por ejemplo, oxigenamos nuestro cuerpo, oxigenando por supuesto nuestro cerebro, y hacemos que nuestra mente se encuentre mejor.
De esta manera es importante no dejar de lado ninguno de los dos aspectos, cuidarlos juntos y disfrutar cada día de nuestro mejor yo.
Uno de los factores que más nos ayudan en este proceso es el cuidado de la alimentación: mantener una dieta mediterránea equilibrada, evitar el sobrepeso, no consumir habitualmente alcohol o alimentos ricos en grasas o azúcares, huir de métodos de cocción como los “fritos” y utilizar otros más sanos como el vapor o la plancha. La alimentación afecta al funcionamiento de todos los órganos de nuestro cuerpo, una dieta sana ayuda a prevenir enfermedades como algunos tipos de cáncer, previene accidentes cardiovasculares y hace que nuestra mente funcione mejor. Además, una dieta sana nos ayuda a mantener el peso, evitando así todos los problemas de salud y estéticos derivados de esta situación.
Otro elemento básico a la hora de trabajar nuestro estado de salud es el ejercicio. Como hemos comentado antes, oxigena nuestro cuerpo, pero también mejora nuestra elasticidad, aporta calidad de vida, ayudando al cuerpo a llegar a una edad avanzada en mejor estado. Cuando hablamos de ejercicio no se trata de machacarse en el gimnasio, una hora caminando a buen ritmo al día o paseos frecuentes en bici pueden ser buenas opciones.
Uno de los males de nuestra época es el estrés, que afecta a nuestro estado mental y al físico, adelantando síntomas de envejecimiento y restándonos fuerzas. Es un tema complejo y cada situación requiere tratarse de una manera, pero algunos consejos interesantes para que todos pongamos en práctica son:
- Intenta guardar tiempo para ti, aunque a veces es muy complicado, intenta desarrollar algunos de tus intereses fuera del entorno laboral y familiar.
- Practica ejercicios de respiración por la mañana y/o por la noche, justo antes de acostarte. El yoga es una disciplina estupenda que puede ayudarte en esto.
- Practica deporte suave, que ayuda a despejar la mente, pero evitando que sea después de las 6 de la tarde, para ayudar a tener un mejor descanso.
- Observa un descanso adecuado: dormir el tiempo necesario y descansando adecuadamente no solo mejora el aspecto de la piel y nos aporta más energía durante el día, también nos mantiene la mente más relajada.
- Es fundamental que mantengas una actitud positiva, aunque a veces sea difícil, y te repitas que solo unas pocas cosas merecen de verdad tomarse a pecho. Como decimos en Clínica Visalia: Disfruta de tu imagen, disfruta de ti.
Además de mantener una dieta sana y equilibrada, hacer ejercicio y mantener nuestra mente relajada y activa hay algunos trucos que pueden ayudarte a sentirte mejor:
- Reduce el consumo de cafeína y otros estimulantes, y evita a toda costa el de la taurina.
- Mantén actividad mental siempre, cada día de tu vida. Leer, hacer crucigramas, jugar a juegos de ingenio, etc son algunas ideas.
- Incluye si los necesitas complementos a tu dieta, uno muy interesante es el colágeno, presente en nuestros tejidos, y que mantiene la elasticidad de éstos, especialmente de los huesos y la piel.
- Cuida tu vida social, sal, trata tus problemas con otras personas.
Encontrarse cada día mejor con nosotros mismos es algo por lo que debemos trabajar, un camino que nos acerca a la felicidad y nos ayuda a enfrentar los retos de la vida, y que debe pasar por recordar, como decíamos al principio a los romanos, que un poco sabios fueron, y pensaban que una mente sana debía encontrarse en un cuerpo sano.