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Varices, un problema con solución

Uno de los problemas vasculares más extendido son las varices, una patología que mucho más que suponer un problema estético conlleva una deficiencia en la capacidad de retornar el flujo sanguíneo, siendo un factor de riesgo para la aparición de otras enfermedades .

La aparición de varices es más frecuente en el sexo femenino y existe un componente familiar importante en la aparición de las mismas; sin embargo, existen otros factores de riesgo que aceleran su aparición, como la obesidad, el sedentarismo, el tabaco, el uso de calzado inadecuado o pasar demasiado tiempo al día de pie. Además, hay circunstancias concretas, como los embarazos que pueden precipitar el desarrollo de las varices.

Conociendo esto podemos prevenirlas y combatirlas evitando el sobrepeso y el tabaco, llevando una vida activa (caminar a paso rápido o la natación son ejercicios altamente recomendables), utilizando medias de compresión si debemos permanecer mucho tiempo de pie, etc. Como ya hemos dicho, la mejor medida va a ser siempre la prevención, pero cuando ya están presentes las varices, además de aplicar las medidas preventivas debemos combinarlas con otro tipo de tratamiento médico.

Es importante que recordemos que la elección del método a aplicar en cada caso corresponde al equipo médico. Entre las principales técnicas que encontramos en la medicina para combatir las varices podemos encontrar algunos fármacos que se pueden aplicar de forma tópica o que se administran por vía oral, con la finalidad de facilitar el retorno venoso y evitar la aparición de edemas y formación de coágulos.

Podemos también recurrir a la escleroterapia, que consiste en la inyección de sustancias esclerosantes en la vena varicosa para cerrarla. Este tratamiento es especialmente interesante debido a que se realiza de forma ambulatoria sin ningún tipo de hospitalización, con una duración aproximada de entre 30 y 60 minutos y puede continuar manteniéndose el ritmo de vida habitual, tan solo con algunas indicaciones. Los efectos son visibles de manera inmediata y si se siguen las indicaciones prescritas por el médico podrá evitarse el agravamiento de la enfermedad.

Para varices más desarrolladas puede ser recomendable la cirugía, que cuenta con diferentes técnicas en función del grado de afectación del paciente.

No podemos evitar que genéticamente estemos destinados a sufrir esta dolencia, pero sí podemos hacer todo lo que esté en nuestra mano por mantener hábitos de vida que nos mantengan en la mejor forma posible, y si nos encontramos con ella, debemos recurrir a especialistas lo antes posible, controlar que no se convierta en un problema mayor y tratar de conocer todas las opciones de las que disponemos para tratarlas. De esta forma no solo evitaremos complicaciones sino que ganaremos en calidad de vida en nuestro día a día.

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